Hacer leña del árbol caído es lo mismo que pegar lanzada a moro muerto: no tiene ningún mérito. Lo verdaderamente encomiable es enfrentarse al árbol cuando todavía está enhiesto y derribarlo supone una tarea ardua, o luchar con el magrebí cuando, puesto en pie, enarbola una cimitarra con ánimo asesino.
Lo cual no excluye el que haya árboles que merezcan
ser reducidos a astillas, y moros (metafóricamente hablando, claro) que deban
ser convertidos en un acerico aunque estén difuntos o incluso agonizando.
Pero el que los cobardes den un paso adelante
demuestra que perciben debilidad en el sujeto de sus ataques. Si hacen ahora lo
que antes no hacían, aunque el comportamiento del sujeto venga de lejos, es
porque no temen las represalias que antaño creían que se podrían producir si
abrían demasiado la boca.
Resumiendo: que, para acabar de redondear la cosa, Bego Fundraiser fue denunciada, a comienzos del mes que ahora acaba, por el colegio de ingenieros técnicos de informática por un delito de intrusismo profesional.
Claro, que para eso, la susodicha debería tener un oficio conocido (el beneficio, después de todas las noticias que han salido, se le supone).
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