lunes, 14 de octubre de 2024

Sobre cobarde, tonto

El sistema parlamentario español es una filfa al lado de, por ejemplo, el británico. Allí, las sesiones de control al Gobierno son realmente de control: no se anticipan las preguntas, que yo sepa, la oposición va a degüello y los ministros comparecen.

En España, las preguntas tienen que plantearse con antelación, el gobierno comparece cuando le da la gana y contestan lo que les sale de los dídimos. Especialmente si el que gobierna es el partido de la mano y el capullo, que siempre ha tenido por el parlamento el mismo respeto que por el ordenamiento jurídico: ninguno.

A finales del mes pasado, el psicópata de la Moncloa volvió a ausentarse de una sesión de control, en medio una situación marcada por la corrupción -otro término que es connatural al socialismo patrio- y las derrotas parlamentarias.

Su excusa era que tenía que asistir a la asamblea general de las Naciones Unidas, con ocasión de cuya visita iba a recibir un premio de manos de Anne Hathaway. Pues bien, chasco total, porque la actriz debió tener algo mejor que hacer (cualquier cosa valdría) que comparecer con semejante mamarracho, y lo recibió de manos de una la mitad de alta y el doble de ancha.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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