sábado, 12 de octubre de 2024

La guerra de Calibán

Ya dije, cuando comenté el primer libro de esta saga, que esperaría a tenerla completa antes de atacar el resto, para que no me pasara lo de Canción de hielo y fuego, que se ha quedado a la mitad (es un decir) y no lleva, de momento, visos de que la rematen.

Afortunadamente, James S. A. Corey son (sí, porque el pseudónimo engloba a dos personas) un autor mucho más fiable que Martin, y a una cadencia de aproximadamente un libro por año han logrado darle fin. Eso me va a permitir un símil literario de lo que hacía en el colegio cuando, a la hora de comer, ponían calamares a la romana: me iba tomando los calamares, dejando aparte el rebozado, que me tomaba todo junto al final, porque (suelo decir) era lo que de verdad me gustaba. Pues meterme cuatro o cinco mil páginas del tirón va a ser más o menos lo mismo.

Cuando empecé este volumen, recordaba un poco la trama general del primero, aunque no todos los detalles. Sí tenía claro que la llegada (o la aparición), en un sistema solar colonizado por la humanidad (en un futuro indeterminado), de una molécula sospechosamente parecida al virus tecnoorgánico de los tebeos de Marvel era el elemento que desencadenaba todo.

No ha resultado difícil volver a meterme en la materia. Han aparecido nuevos personajes, aunque las facciones (terrestres, marcianos y cinturianos) se mantienen, y la acción se va complicando poco a poco. Sin embargo, teniendo en cuenta que todavía no he rematado el primer tercio de la saga, la cosa tiene más de ir disponiendo las piezas sobre el tablero que otra cosa.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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