En su afán por soltar proclamas populistas, los autócratas y sus corifeos hay veces que, sin pretenderlo, dicen verdades como templos.
Tomemos el caso de la izquierda
hispanoamericana. Todos ellos se empeñan en decir que el continente anterior a
la llegada de los españoles era poco menos que un edén idílico, y que tras
1.492 todo fue a peor.
Sea cierto o falso, el hecho es que América -del
estrecho de Bering hasta Tierra de Fuego- es ahora como es debido a los
europeos en general y a los españoles en particular. Negar eso es como negar
que la tierra es redonda o que gira alrededor del sol.
Pues bien, uno de los corifeos del chófer de
autobuses devenido autócrata ha cargado contra la injerencia española en
Venezuela y ha reconocido a África como la madre patria… algo en lo que,
paradójicamente, probablemente haya acertado.
Porque, como cualquiera con un poco de conocimiento sabe, todos descendemos de Lucy.
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