Cuando uno es inocente no calla, habla; porque dice la verdad. Cuando uno es inocente no esconde ni destruye nada; lo muestra, porque no tiene nada que ocultar.
Así que si el psicópata de la Moncloa calló
cuando fue interrogado por el juez, sería porque tenía algo que callar. Y si la
página de internet del programa de su cónyuge ya no existe porque ha desaparecido en plena investigación judicial, será porque así conviene a la
afectada.
Lástima que ni uno ni otro sepan que, en
realidad, en informática nada puede ocultarse ni destruirse definitivamente:
con medios y tiempo suficiente, todo sale a la luz.
Tic, tac… tic, tac…
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