Algo que los dirigentes neocom repiten machaconamente, con el Chepas a la cabeza (¿de la desbandada?) es que los que resultan condenados son los demás: a ellos les podrán interponer muchas denuncias, pero nunca resultan ser culpables.
Como buenos (malos) comunistas,
mienten: Isabel Serra está condenada por atentado a la autoridad; Pablo
Echenique, por defraudar a la Seguridad Social. Hay más casos, seguro, pero
esos dos son los que me han venido a la cabeza sin tener que hacer un esfuerzo.
Y luego están las investigaciones
que se cierran en falso, y que son reabiertas: como la de los sobresueldos -por
menos de eso se montó no hace tanto una moción de censura- a los dirigentes neocom,
ya que la autoridad judicial cuestiona que la gerente del partido, Rocío Val,
tuviera competencias para aprobar los complementos salariales.
Veremos en qué acaba todo esto: pero si parece un corrupto, actúa como un corrupto y habla como un corrupto… ¡horchata de chufa!
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