Durante la campaña electoral para los comicios regionales en Madrid, Vox dio -o intentó dar- un mitin en Vallecas, mitin que fue reventado por, entre otros, los ultras del Rayo Vallecano, un grupito de joyitas que responden al nombre de bucaneros y que son de ideología ultraizquierdista.
El fin de semana previo a las
elecciones se supo que dos de los detenidos por agredir a la policía en el citado mitin eran escoltas del Chepas, y que el desgobierno socialcomunista que
tenemos la desgracia de padecer ocultó la detención de esos escoltas mientras
montaba el teatro (sí, la farsa pertenece al teatro) sobre las cartas
amenazantes (pasadas las elecciones, nadie parece demasiado interesado en averiguar
qué había detrás de todo aquello… por algo será).
Junior reaccionó negándolo todo: los detenidos no eran escoltas (ya veremos por qué dice esto) y, además
no cometieron ningún delito (ya se sabe que, para la izmierda, cierta violencia
-la suya- sí es legítima, y otra -la de los demás- nunca lo es). ¿Y por qué niega
el marqués de Villatinaja que sus escoltas fueran escoltas?
Pues porque los neocom no pueden reconocer en ningún momento que los dos detenidos realizaban labores de
escolta, ya que los escoltas privados deben tener una habilitación (primero ser
vigilante de seguridad, después hacer el curso de escolta y aprobar el examen
del Ministerio del Interior) y deben ser contratados a través de una empresa de
seguridad. Con independencia de si los arrestados tienen la habilitación
correspondiente o no, algo que se desconoce (y que yo dudo), los dos están
contratados directamente por Podemos, lo que significa que si el partido morado
reconociese que realizan labores de escolta estaría admitiendo que incumplen la
Ley de Seguridad Privada contratando ellos mismo a escoltas en lugar de hacerlo
a través de una empresa de seguridad.
Y prueba de que todo lo anterior
es cierto, y no simples conjuras de la casta para criminalizar a
los defensores de la gente es que se ha sabido que el equipo de asuntos
internos de los neocom ordenó manipular informes para ocultar lainformación. Si son inocentes de todo, como no paran de proclamar -en ocasiones rozando (por la parte de dentro) el ridículo, como cuando afirmaron que las personas de izquierda eran genéticamente incapaces de cometer un delito-, ¿a santo de qué manipular informes?
Tanto da, porque la cúpula podemarra ignoró hasta tres informes internos que alertaban sobre la ilegalidad de los escoltas del mamarracho alfalfa y del becario ubicuo. Que podrán parecer distintos el uno del otro (o el otro del uno), pero que si rascas un poco se revelan como básicamente idénticos.
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