Cuando el psicópata de la Moncloa firme el indulto de los golpistas catalanes -el si está aquí de más, puesto que está decidido a hacerlo- lo hará en contra, no sólo de la prudencia, del sentido común, de la decencia y de una gran mayoría de los españoles, sino también del tribunal que emitió la sentencia que ahora el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer pretende revocar.
Porque, como muy claramente ha
señalado el Tribunal Supremo, no se ha vulnerado el principio de
proporcionalidad de las penas a las que los golpistas fueron condenados y no hay arrepentimiento (más bien todo lo contrario, añado yo). Por lo tanto, sigue
el informe del Supremo, el indulto se presenta como una solución inaceptable
para la anticipada extinción de la responsabilidad penal.
Y la cosa no se queda ahí: el Tribunal Supremo dice claramente, negro sobre blanco, cuáles son las verdaderas razones que tiene el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer para conceder el indulto: que afecta a dirigentes de formaciones políticas que garantizan la estabilidad de ese mismo desgobierno que concede el indulto.
Luego hay algunos que dicen que los que criticamos al primer ministro del desgobierno de España es porque nos cae mal. Es por mucho más que eso: porque le consideramos un peligro público de primer orden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario