Cuando estudiaba la carrera escuche una definición de Economía (como ciencia o disciplina) que aún recuerdo: la sabia administración de los recursos escasos.
Es por ello que la izquierda en
general y la española como paradigma se dan de bofetadas con la economía: ni
saben administrar, ni son sabios. O, como dijo Winston Churchill, El vicio
inherente al capitalismo es el desigual reparto de la riqueza; la virtud
inherente al socialismo es el equitativo reparto de la miseria.
Por eso, que los neocom
españoles sacaran una criptomoneda resultó una relativa sorpresa; su finalidad
-era una moneda antifascista y anticapitalista que pretendía cobrar un
impuesto del diez por ciento sobre la compra y de la que no se podía acumular
más de un 0,05%; además, la mitad de lo recaudado iría a parar a las
asociaciones Manteros (Sindicato popular de vendedores ambulantes), Nosotras
Mismas (Asociación de Mujeres de Chamberí) y Transexualia (Asociación Española
de personas Transexuales), y la otra mitad pretendía destinarse a la creación
de una renta básica universal- olía a chamusquina; y el resultado -fracaso absoluto-, la consecuencia ineludible.
Si no sabéis, ¿para que os metéis, almas de cántaro?
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