miércoles, 18 de enero de 2023

Casi K.O.

Hace ya mucho, el partido de la mano y el capullo se convirtió en una máquina de alcanzar y detentar el poder. Esa ansia o esa posición es lo único que les mantiene unidos, prietas las filas y como una unidad de destino.

A esto ha ayudado el hecho de que la derecha tradicionalmente ha tenido una actitud -lo que algunos periodistas llaman ser maricomplejines y otros conservañoños- que les ha ayudado: por miedo a la crítica o a ser tachados de franquistas, muestran un seguidismo y una aplicación en la ejecución de las políticas de izquierdas que ya quisieran para sí los epígonos de Senior.

Sólo en momentos puntuales -básicamente, cuando han estado en la oposición- y con determinadas personas -el primer Aznar, Triple Ese en sus intervenciones parlamentarias- ha sido capaz el Partido Popular de enfrentar la autoconcedida superioridad moral de la izquierda.

Por eso les saca tanto de quicio Isabel Díaz Ayuso, igual que les sacaba de quicio Esperanza Aguirre: porque ambas saben que la derecha, al menos en España, gestiona mejor que la izquierda, y que ésta tiene mucho más de lo que avergonzarse que aquélla, y no se cortan en recordárselo a la izquierda cada vez que tienen ocasión.

Y cuando el PSOE pierde la iniciativa, es como los boxeadores sonados, que empiezan a lanzar golpes sin ton ni son y no aciertan (iba a decir no dan una a derechas, pero casi habría que añadir ni a izquierdas) ni uno. Y claro, cuando Petisú Montero se ha hartado de decir que hay que subir los impuestos, y llega el candidato Juanito Lobito proponiendo una bajada de impuestos en Madrid -porque, si Isabel Díaz Ayuso hace bajada tras bajada, no puedes pretender vencerla diciendo que vas a subirlos: tendrás que decir que vas a bajarlos, aunque (ya se sabe que las promesas electorales se hacen para incumplirlas) no tengas ni la más mínima intención de hacer efectiva esa promesa-, es lógico que en Ferraz haya lo que el titular llama malestar.

Yo, que soy menos fino, lo llamaría cabreo de tres pares de dídimos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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