Que la izquierda española tiene una doble vara de medir es algo que cualquiera con dos ojos en la cara puede apreciar. Que no les gusta que se les señale esa circunstancia es algo que se percibe en cómo reaccionan cuando se hace. Que afortunadamente parece que cada vez más gente se está dando cuenta de ello es algo de agradecer.
Por eso, es una buena noticia que
Isabel Díaz Ayuso fuera ovacionada cuando señaló que la izquierda no pidió trato
humano para Eduardo Zaplana, pero si para José Antonio Griñán, cuando las
circunstancias de uno y otro son similares.
Vale que la presidente madrileña
jugaba en casa, porque lo dijo en e acto de presentación de los
candidatos populares a las elecciones autonómicas y municipales. Pero el PP ha
estado tan tradicionalmente cubierto de complejos que el que aplaudan lo
evidente es casi algo que sorprende.
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