Conocía la frase el mayor truco del diablo es hacernos creer que no existe, pero hasta que la he buscado para empezar a escribir esta entrada no he descubierto que quien la dijo fue el poeta decimonónico francés Charles Baudelaire.
Del mismo modo, el marxismo ha
conseguido que la mayoría de la gente se trague su falacia de que fascismo y
extrema derecha son términos sinónimos. Y nada más lejos de la realidad.
Como cualquiera con un poco de
cultura sabe, el fascismo italiano es una escisión del socialismo, mientras que
sobre el nacionalsocialismo alemán no hace falta dar más explicaciones, porque
el mismo nombre lo dice claramente.
Y, por eso mismo, los marxistas
exhiben los rasgos que atribuyen a la ultraderecha: la ausencia de escrúpulos,
la violencia, la depuración de los desafectos… o incluso el racismo y la xenofobia.
Porque mientras el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de
padecer planea facilitar la contratación de inmigrantes en algunos sectores, el
secretario general de ugetete ha asegurado que bloqueará la medida, a la
que se van a oponer de manera rotunda.
Si piensa como un fascista, habla como un fascista y actúa como un fascista, va a resultar que el sindicato socialista es fascista.
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