lunes, 23 de enero de 2023

Pío pío, ellos no han sido

Dice el viejo adagio latino que errar es humano. Las dos apostillas más conocidas continúan, bien diciendo que perdonar es divino, bien que rectificar es de sabios. Una mucho menos conocida, pero bastante más realista, señala que echarle la culpa a otro es más humano todavía.

En esto, la izquierda española demuestra ser total, absoluta, palmaria, meridianamente humana, y nada más que humana. Porque meten la pata sin parar, no rectifican ni aunque les vaya la vida en ello, jamás perdonan y, siempre, indefectiblemente le echan la culpa a los demás (básicamente, a la derecha).

Hace un par de semanas se produjo una manifestación por la paralización del trasvase Tajo-Segura. Las malas lenguas dicen que el psicópata de La Moncloa tomó esa decisión por contentar a su barón castellano manchego, y que da al levantino por absolutamente amortizado, tanto por las perspectivas electorales como por lo pringado que se encuentra por escándalos de todo tipo, de financieros a sexuales.

Siendo como era parte perjudicada, el gobierno de Timo Puch no podía dejar de acudir a la manifestación, y acudió. Pero la consejera regional de no recuerdo qué no volcó sus críticas en La Moncloa, ni tampoco en el Palacio de Fuensalida. No, dirigió sus dardos hacia la bestia negra de la izmierda patria, la presidente de la comunidad autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Mientras, Franco y los Reyes Católicos calentaban en la banda…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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