Suelo referirme con ese epíteto a Echeminga Dominga, pero después de su última actuación -y no es que las anteriores fueran para tirar cohetes, precisamente, Pimpampún le gana y de largo.
Porque la secretaria de Estado de
Igualdad -¡de Igualdad!-, esa que llamó puta coja a una compañera de
partido y que -en una extraña coincidencia con la verdad- atribuyó la diarrea
legislativa de su formación a la anormalidad que suponía que detentaran
el poder, en un acto con otras conmilitonas se permitió reírse a carcajadas y
hacer chistes y chanzas, mofa y befa, burla y escarnio de las víctimas de los
abusos a mujeres y menores, ironizando sobre el anuncio que algunos hicieron
-anuncio que al fin y a la postre ha demostrado ser más atinado que Guillermo
Tell apuntando a la manzana sobre la cabeza de su hijo- de que la llamada ley
del sólo sí es sí reduciría condenas de violadores y, en algunos casos,
hasta les sacaría a la calle.
Las focas en el circo son más graciosas que ese saco de grasa y pus.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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