Las denominadas leyes de memoria -histórica o democrática- son, sobre sectarias y falaces, una máquina de sacar perras, como casi todo lo que hace la izquierda española (y digo lo de casi por conceder un margen al beneficio de la duda, que ni no…).
Porque, poniéndoles esa coletilla,
hay aprovechateguis que consiguen subvenciones para los que sea, desde
un programa sobre salud mental hasta una obra titulada en Bangkok también
hay ratas.
Ratas no sé, pero buitres en la piel de toro, unos cuantos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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