Por mucho que se empeñen los marxistas, ya sean los de la línea dura (los comunistas) o los de la línea blanda (los socialistas, socialdemócratas y demás patulea), el mercado es muy cabezota, y se acaba imponiendo.
Y por mucho que se hayan empeñado
en limitar los precios del gas, en subida mareante desde la invasión de Ucrania
por Rusia, el hecho es que ese precio no se deja limitar. Es más, los contratos
que a finales del año pasado se cerraban para el actual marcaban una subida adicional del gas del veintiuno por ciento.
Así que, por favor, casi mejor si dejan de intentar arreglar el problema.
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