martes, 3 de enero de 2023

Reflexiones atemporales CXXXVI – Vamos a hablar del tiempo

Este es uno de esos temas sobre los que vuelvo periódicamente. Esta vez la cosa viene provocada por las fuertes nevadas que se han producido en Estados Unidos. Aun a riesgo de repetirme, volveré a decir las razones por las que no me alineo con los defensores del calentamiento global, a pesar de que, como dicen algunas personas que me conocen, tenga una mentalidad científica.

En primer lugar, por lo inadecuado del término empleado. Calentamiento quiere decir subida de temperaturas; global, mundial. Es decir, que suben las temperaturas en todo el globo, lo que no se compadece con, por ejemplo, las fuertes nevadas anteriormente citadas. Una denominación más adecuada debería introducir el término medio (calentamiento medio global o calentamiento global medio), pero no se emplea. ¿Por qué? ¿Demasiado largo… o es que le quita dramatismo a la cosa?

En segundo lugar, algunos emplean el término cambio climático. Pero es que esa expresión es un pleonasmo, puesto que la esencia del clima es cambiar. Un mundo en el que el clima no cambie es un mundo muerto, e incluso en los mundos sin vida, si tienen atmósfera, hay fenómenos atmosféricos.

En tercer lugar, el considerar que la actividad humana es la responsable total o mayoritariamente de ese hipotético calentamiento me parece un ejercicio de soberbia por parte del ser humano.

En cuarto lugar, las continuas profecías de que se acerca el fin del mundo si no variamos el rumbo necesitan ser continuamente actualizadas, porque el mundo se empeña una y otra vez en no finalizar: si se hubieran cumplido las primeras profecías, hace tiempo que respiraríamos con agallas.

En quinto lugar, si es cierto que se está produciendo un calentamiento global, y que ese calentamiento se debe al ser humano, ¿por qué más de una vez se ha descubierto que los (llamémosles así) calentólogos falsean las cifras?

En sexto lugar, los apóstoles del cambio climático son profundamente incoherentes -por no decir hipócritas-, puesto que consumen más energía y dejan más huella de carbono que los demás.

Y, en séptimo y último lugar, si estoy en lo cierto, será un gran placer decirles a todos os lo dije; y si estoy en un error, no quedará nadie para echármelo en cara.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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