Iba a comenzar esta entrada diciendo que el psicópata de La Moncloa es malvado, pero no estúpido, pero voy a rectificar. Es estúpido -aunque se crea muy listo- en el sentido de que es un táctico, no un estratega. Es la quintaesencia del cortoplacista, que reacciona según las circunstancias sin tener en cuenta la repercusión, a medio o largo plazo, de sus decisiones.
Porque el que la rebaja del
delito de malversación amenace con hacer prescribir todo lo relacionado con la
corrupción socialista destapada en el caso Azud puede suponer, como dice
el titular, un torpedo al proceso judicial. Lo que quizá no ha calculado es que
esta decisión, que beneficia a su partido, también podría, llegado el caso,
beneficiar a los de la bancada de enfrente (me refiero, claro está, al Partido
Popular).
Porque, aunque tuercebotas como Pachi Nadie no lo sepan, la esencia de la Ley es que se aplica igual para todos, sean de los tuyos o de los otros.
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