En los peores momentos de la pandemia de la COVID-19, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer actuaba en dos sentidos, el uno del otro en pos.
En primer lugar, criticaba las
medidas tomadas por la Comunidad de Madrid, tildándolas de irresponsables,
peligrosas, alarmistas, irrealizables, criminales o cualquier otro epíteto
denigratorio que se les pasara por la cabeza. En segundo lugar, aplicaban esas
mismas medidas.
Algo parecido está ocurriendo
ahora, cuando la pandemia parece repuntar en su lugar de origen (la China
comunista, que diría José Luis Pérez). El ninisterio de Mortandad
anunció que pedirá a los viajeros que vengan de China un test negativo o estar vacunados…
pero el problema es que la fiabilidad que ofrecen tanto los test como las
vacunas de China es más bien poca.
Mientras, el consejero madrileño de Sanidad, tras llamar a
la calma, pidió a esaninistra mejores controles en Barajas -algo que ha
venido siendo una constante en los tres últimos años-, al tiempo que activaba la fase prealerta ante la COVID.
Y mientras, el consejo de ninistros
era la misma jaula de grillos que ha sido en los últimos tres años (ese
gobierno que iba a hablar con una sola voz, y en el que en cambio no se calla
ni el último mono… me refiero al ninistro de Consumo): mientras que la titular
de Transportes dice que no hay que alarmar, va Peludiño y señala
que hay que prevenir. A ver si nos aclaramos, señoras…
Por ello, y por mucho más…
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