Suele decirse, por la izquierda, que el respeto a la democracia, a los derechos humanos, a la libertad, es patrimonio exclusivo, por no decir prerrogativa, de la izquierda. La derecha, en cambio, es autoritaria, liberticida… fascista.
Pero es que, no me cansaré de repetirlo,
el fascismo es de izquierdas. Y son los izquierdistas los que no respetan los
resultados electorales cuando no les son favorables. Del España se ha equivocado
de Alfonso Guerra a finales de los setenta a el cielo se toma por asalto
del Chepas la década pasada, todo son ejemplos del nulo respeto que la
izquierda patria siente por cualquier opinión contraria a la suya.
Y en esto funcionan tanto los
partidos políticos como los sindicatos, simples correas de transmisión de la
izquierda. Por eso, que tras los resultados de las últimas elecciones
municipales y autonómicas sindicatos y partidos de extrema izquierda llamaran a agitar las calles en aquellos ayuntamientos de derechas en los que el concurso de Vox fuera necesario para formar una
mayoría de gobierno, no es sino el continuóse de un empezóse que nació hace a
siglo y medio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario