Según el etimológicamente inútil (porque no sirve para nada) ninistro de Carestía, las personas de izquierdas son genéticamente incapaces de cometer delito alguno.
Esto supondría dar un barniz
pseudocientífico a la afirmación de miemmano, cuando dijo que los
socialistas podrían meter la pata, pero jamás meter la mano. Otra mentira,
como luego se vio, porque metieron ambas manos de hoz y coz en todo lo que
pillaron, como habían hecho hasta entonces y como han continuado y continuarán
haciendo.
Así las cosas, un mes después de
las elecciones municipales y regionales, y un mes antes de las nacionales que
se celebrarán dentro de diez días, saltaron dos noticias: que el juez había imputado a la exalcaldesa socialista de Macarena y a su concejal de urbanismo
por el secuestro de otra concejal ¡de su propio partido!, y que el presidente
(socialista, mira tú) de la diputación de Huesca se había visto envuelto en un caso de prevaricación en pleno salto al Senado.
Dada la presunta incapacidad
biológica para el delito de las gentes de izquierda, habrá que concluir
que estos tres caballeros, y los muchos otros que se han visto y se verán en
las mismas o parecidas situaciones, sufren de alguna alteración en su ADN.
Mutantes…
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