Cuando Aznar se reunía con Bush y Blair, y cometía la chulería de poner los pies encima de la mesa, no era necesario que nadie dijera que España era un socio preferente de la primera potencia mundial, porque era algo que se veía, como se vio cuando el moro Mojamé mandó ocupar el islote de Perejil: en la contienda sobre ese pedazo de roca estéril, Estados Unidos apoyó a España, y no a Marruecos.
En cambio, las segundas figuras
de los de la mano y el capullo, primero con zETAp y ahora con el psicópata, se hartan
de decir la alta consideración que mereció, en el ámbito internacional, el zircumflejo
y merece el que encargan que le copien las tesis doctorales. Como dijo Tywyn
Lannister, cuando alguien tiene que repetir constantemente que es el rey, es
que no es verdaderamente el rey.
Pero luego resulta que en el
estreno de Sin Vocales como presidente de turno de la Unión Europea se
produjo un récord de ausencias de mandatarios europeos, porque no querían ser utilizados electoralmente; por contra, Ursula von der Leyen alertó del aumento de extremismos de derechas e izquierdas, y se vendió junto a Pdr Snchz
como de centro (se ve que nadie le ha explicado que los neocom son
comunistas, ideología proscrita en la unión europea junto con el
nacionalsocialismo), al tiempo que afirma la obviedad de que el cambio
climático existe.
Existe, ha existido y existirá. El
clima es, por esencia, cambio.
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