La barragana del ex juez prevaricador, sobre ser nefasta como notaria mayor del Reino -colaron bajo sus narices el pabellón de Francisco Franco como Jefe del Estado-, es una sectaria de tomo y lomo.
Saltándose todos los criterios de
capacidad y mérito, efectuó los nombramientos haciéndolos recaer en quien a
ella le resultaba más afín ideológicamente, no al más apto para el puesto. Así las
cosas, no es de extrañar que el Tribunal Supremo ya haya anulado dos veces el nombramiento que hizo doña información vaginal, éxito seguro para el puesto de
fiscal de menores.
Y es que el porque me sale del
potorro no es una motivación válida, te pongas como te pongas.
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