Que la izquierda española y el libre mercado son dos conceptos que se dan de bofetadas es algo que debería ver hasta el sectario más miope (otra cosa es que no le importe).
Y en Europa quizá sean sectarios
(un puntito escorada a la izquierda sí que está la burocracia comunitaria, ya
desde los lejanos tiempos de Jacques Delors), pero no son miopes (cosa distinta
es que a veces hagan como que no ven) ni idiotas (cosa diferente es que a veces
se hagan los tontos).
Por eso, cuando uno lee la noticia
de que Bruselas avanza en su investigación contra la nueva RENFE de Sánchez por violar las normas de competencia, lo que resulta relativamente
sorprendente es que Bruselas investigue, no que el psicópata de la Moncloa
viole las normas de competencia.
Que viole cualquier norma, en realidad.
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