En este último volumen, todas las tramas planteadas se resuelven, las dos líneas temporales confluyen y algunos personajes menores se reivindican, por así decirlo.
Que al terminar la novela sólo
unos pocos -Bosssk, Dengar, Contable, Neelah- sepan que Boba Fett sigue vivo
justifica -ah, la retrocontinuidad- que el personaje no aparezca en las
historias del universo expandido posteriores a la destrucción de la segunda
Estrella de la Muerte.
Quedan, sin embargo, dos incógnitas:
cómo recuperó y reparó Boba Fett su Esclavo I, y cómo se las apañó para
sobrevivir a los presuntos malos deseos de Sol Negro.
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