No por nada empleo a los cerdos (a su mala fama, más bien) y allegados como representación de progres y asociados. Porque hay algunas iniciativas giliprogres que dan verdadero asco, la verdad. Como esa noticia de que Bruselas quiere obligarnos a que nos comamos el treinta por ciento de la comida que tiramos a la basura.
Vaya por delante que tirar comida
a la basura (salvo que esté en un verdadero mal estado que la haga incomible o
peligrosa) me parece uno de los peores pecados que hay, justo por detrás de
dejar cualquier tipo de desperdicio junto a cualquier tipo de contenedor que, o
bien no es el que le corresponde, o bien es el que le corresponde pero está
vacío.
Así que, en mi caso y en mi casa,
no se tira comida a la basura (salvo mondas, huesos y demás). Es decir, que debería
comerme el treinta por ciento de nada, o sea, nada. Luego Bruselas quiere que
me muera de hambre.
Pues van aviados…
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