No se puede decir que los estrategas electorales del PP hayan sido especialmente ocurrentes (ni pudorosos tampoco) al montar el anuncio de precampaña del partido con Borja Sémper en una playa (falsa), hablando de un verano azul.
Rápidamente, los de la mano y el
capullo -con el psicópata de la Moncloa a la cabeza- salieron en tromba a
criticar el anuncio, reivindicando como una serie de izquierdas la creación de
Antonio Mercero, por el hecho de que unos chavales, una cantante un punto
bohemia y un viejo marinero plantaban cara a unos (malvados) especuladores
inmobiliarios.
Todo muy bien, salvo por el
pequeño hecho de que la serie estaba ambientada en Nerja, localidad andaluza que,
en aquella época, tenía un alcalde comunista (y ya sabemos lo necesarios que
son los alcaldes para los pelotazos del ladrillo), en una comunidad
autónoma en la que ya entonces cortijeaban los de la mano y el capullo. Y
si, por definición, quien se opone a la izquierda es de derechas, el alegato de
Sin Vocales cae por su propio peso.
Y es que, hasta para decir
tonterías, hay que tener un mínimo de inteligencia.
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