Un
político miente más que habla. Si es español, no digamos. Si es de izquierdas,
más aún. Y si es neocom, prácticamente no hace otra cosa.
El
Chepas se presentó hace tiempo como una víctima de lo que él
denomina cloacas del Estado. Pasando por alto que esas cloacas,
si no nacieron, sí se desarrollaron sobre todo bajo mandato socialista
(recordemos, sin ir más lejos, el temita de los GAL), el hecho es que, en
realidad, lo que ha hecho es aprovecharse de esas cloacas -con las que el PSOE
nunca ha dejado de colaborar, ya sea en el caso Faisán o en las charlas
tabernarias de la actual fiscal general del gobierno- para sus propios (y
espurios) intereses.
Porque
el que podríamos llamar pocero mayor de esas cloacas, el ex comisario José
Villarejo, va destapando cosas de lo más interesantes. Como que los fiscales anticorrupción
amenazaron al anterior juez del caso Dina por no plegarse a sus
imposiciones. Como que la tal Dina está muy despechada y quiere
demostrar que Junior, que le prometió casarse (pero qué antiguo), es
un machista.
Algo
que, por otra parte, ya teníamos bastante claro todos los que no tenemos la
venda ideológica giliprogre en los ojos…
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