viernes, 24 de julio de 2020

Proceso al proceso (51)

En España, la Justicia no siempre es un cachondeo. Desgraciadamente, tampoco podemos decir que nunca lo sea. Podemos concluir que, aunque es manifiestamente mejorable, quedan resquicios para la esperanza.
Tan lírico párrafo introductorio es mi reacción a la noticia de que el Tribunal Supremo haya denegado la aplicación a Carmen Forcadell, una de los condenados por el golpe de Estado, del artículo 100.2 del Reglamento de Régimen Penitenciario. Del tercer grado, en suma.
Y lo hace porque no existe ninguna conexión entre el programa de tratamiento aprobado, consistente en tareas de voluntariado y acompañamiento a familiar fuera de la cárcel, y el proceso de reinserción de la penada relacionado con el delito cometido, lo que hace injustificable ese régimen de semilibertad de facto del que disfrutaría antes de haber cumplido ni una cuarta parte de la condena.
Dado que semejante criterio también sería aplicable al resto de los golpistas, que podrían volver a dar con sus huesos en la cárcel -catalana, pero cárcel al fin y al cabo- a tiempo completo, no es de extrañar que Chistorra, en ese estilo pomposo de los catanazis, que generalmente provoca que uno no sepa qué carajo quieren decir, haya llamado a dar un salto colectivo conjunto de todo el independentismo.
Están al borde del precipicio y quieren dar un salto. Pues que salten…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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