Esta
entrada requiere una explicación previa. La incluyo en esta serie, sin tener
que ver exactamente con el aspecto médico o logístico de la pandemia del
Covid-19, porque material para las entradas normales hay mucho -para más
de un mes, actualmente- y porque cierta relación sí que hay.
Y
es que, cuando un gobierno español de izquierdas hace un juicio favorable, o un
vaticinio optimista, más vale tentarse los bolsillos y atarse los machos,
porque lo que sucederá no va a ser malo: va a ser peor.
Si
el desgobierno socialcomunista dijo que teníamos la mejor sanidad pública del
mundo, y el portacoz científico pronosticaba que no habría más allá de uno
o dos casos, deberíamos haber sabido que el sistema clínico bordearía el
colapso, y que los muertos se contarían por decenas de miles (y gracias).
Si
ese mismo desgobierno dice que saldremos de la crisis, es mejor (o más
prudente) hacer caso a organismos y analistas que han empeorado sus previsiones económicas para España, desde la Fundación de Cajas de Ahorros hasta la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, pasando por el Banco de
España. Es decir, que vamos directamente al precipicio, con una caída del
Producto Interior Bruto de casi el once por ciento.
Por
ello, y por mucho más…
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