Inasequibles
al desaliento, los totalitarios de izquierdas -vienen a ser términos
intercambiables, al menos en España- hacen grandes proclamas, campanudas y
rimbombantes, sin que se les mueva un pelo de la ceja.
Lo
malo es que luego llega la realidad y se estampanan (con nuestro dinero, pero
se estampanan). Hace no tanto, el vicepresidente tercero del desgobierno socialcomunista
decía, tan pichi él, que las grandes fortunas estaban deseando pagar más
impuestos. Por patriotismo, decía él.
Hace
un mes, en una reunión convocada por la CEOE a la que acudieron las grandes
empresas del país, representados por sus primeros espadas, quedaron claras unas
cuantas cosas. Entre ellas, que estos grandes empresarios -algunos de ellos
hechos a sí mismos- no están de acuerdo con las subidas de impuestos a las
grandes empresas y a los sectores estratégicos, o la derogación de la reforma
laboral del PP.
Parece
que no había tanto patriotismo, ¿eh, Chepas? Al menos, en el sentido que
tú decías, que consiste, básicamente, en llenaros los bolsillos tú y los tuyos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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