jueves, 30 de julio de 2020

Proceso al proceso (53)

Si hay algo inmutable en relación con los progres y los secesionistas -tienen tanto en común…-  es que no hay nada inmutable, especialmente en relación con su opinión sobre las personas. Los Papas -con la posible excepción de Benedicto XVI, al que tenían enfilado desde el principio- pasan de ser la esperanza (laica) de la Iglesia Católica (para los progres) a ser otra versión intolerante e intransigente que no se pliega a los dictados del progretariado.
A nivel más local, los obispos que llegan a Vascongadas son recibidos como extranjeros o directamente como enemigos del pueblo vasco, aunque con el tiempo sufren una extraña (aunque repetida) mudanza ideológica y abrazan las tesis aranistas, cuando no las terroristas.
A la viceversa, los obispos que llegan a Cataluña suelen ser más catalanes que católicos. No importa: de mediadores del proceso secesionista pasan a ser enemigos de Cataluña.
Nihil novo sub sole, o plus ça change, plus c’est la même chose…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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