miércoles, 1 de julio de 2020

Coronavirus (113)

Cuando empecé a escribir esta serie de entradas diarias -de hecho, doblando producción, porque mantengo las normales- sobre asuntos relacionados con la pandemia del Covid-19, ni por asomo pensé que duraría tanto, ni tan de seguido. De hecho, estoy consiguiendo lo que dije en cierta ocasión: ir camino de batir el récord de entradas en un año, salvo hecatombe, y por el medio que entonces mencioné, doblar entradas diarias (me repito, lo sé). No es que haya dejado de tener vida, pero el confinamiento y el teletrabajo -el no perder tiempo desplazándome, en suma- sin duda ayudan.
También es verdad que algunas entradas están traídas por los pelos. Como la de hoy, que hizo su aparición justo cuando pensaba que me iba a quedar sin noticias. No es menos cierto que, si no las hubiera derivado aquí, ahora tendía material hasta bien entrado Agosto. Así que, sin más dilación, vamos al tema.
Durante la crisis provocada por el Covid-19, las llamadas del desgobierno socialcomunista a la lealtad, la unidad, la colaboración y el no hacer política de la crisis han sido constantes. Pero ya se sabe: dime qué te reclama un izquierdista, y te diré lo que no hace ni por asomo. Para Sin vocales, la lealtad es el sometimiento a su voluntad; la unidad, el silencio, cuando no la complicidad, ante sus desafueros; la colaboración, el seguidismo acrítico y el trágala; en cuanto a no hacer política de la crisis, basta con ver cómo ha entrado en la campaña para las elecciones regionales en Galicia -afeando la beligerancia del PP durante la crisis sanitaria (todavía querría que fueran como borregos al matadero, en silencio)- para saber que para la izmierda española no hay nada sagrado ni respetable, si creen que pueden sacar un rédito de ello.
Por ello, y por mucho más…
¡¡¡EL GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!

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