En
general, los suciolistos españoles no aciertan ni siquiera cuando
rectifican. Pero es que, además, al rectificar suelen pisar los callos de los
que están apoyándoles por sus proclamas imposibles de llevar a la práctica.
Tomemos
el caso de los ecolojetas. Todo este tiempo, Sin vocales y sus ninistros
han estado demonizando el diésel, estando a punto de cargarse esa industria. Que
la de la automoción sea una de las más importantes en España no les importaba. Pero
cuando se ha producido la pandemia, el desgobierno ha anunciado -eso de anunciar
cosas se les da muy bien; lo de llevarlas luego a la práctica, y con qué
dinero, es otra cosa, menudencias, pamemas…- un plan dotado con tres mil
setecientos cincuenta millones de euros.
Naturalmente,
eso ha sentado como un tiro a los citados ecolojetas, que no entienden
nada de nada y que se sienten traicionados…
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