El desgobierno social comunista que tenemos la desgracia de padecer es tal calamidad que hasta los miembros más teóricamente capacitados del mismo entran en contradicción con las consignas emitidas.
Algo que, por otra parte, no es de extrañar,
teniendo en cuenta la afición del psicópata de la Moncloa a cambiar de opinión
con más rapidez que de colaboradores (y eso ya es decir mucho). Así, por
ejemplo, tras el varazo que el psicópata no recibió, y señalar que se encontraba
bien (algo que a la gran mayoría de los españoles les importaba un ardite,
por no decir que preferirían que se encontrara mal), el ninistro Pequeño
se apresuró a movilizar una investigación para descubrir a los elementos
marginales que habían tenido la osadía de atentar contra la persona de su
persona.
Detenidos unos cuantos, declaró que esperaba más
detenciones por el ataque al coche de Sin Vocales. Ataque que no se
produjo contra su coche (salvo que cambien de matrículas, además de cambiar de
opinión) y que, si produjo los desperfectos que se ven en las fotos, implica
que el blindaje es una filfa, puesto que sólo recibió un escobazo. También dijo
que creía que la causa debería ir a la Audiencia Nacional, implicando que lo
consideraba un acto de terrorismo (se ve que mucho más grave que los atentados
perpetrados por aquellos con los que ahora compadrea y a los que no hace tanto
perseguía).
Lo irónico es que, para entonces, Sanchinflas ya había hablado de violencia legítima…
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