En la década de los ochenta, cuando las cosas iban mal dadas en economía, los del partido de la mano y el capullo siempre tenían a mano la misma excusa: todo era culpa de la onerosa herencia recibida.
Para onerosa, la herencia que décadas de populismo
han dejado en Argentina. Tanto, que parecía imposible que nadie fuera capaz de rescatarla.
De hecho, habría que estar loco para siquiera intentarlo.
Y ha sido precisamente el loco Milei el
que ha cogido la podadora y está desbrozando la economía argentina. Tanto, que
la noticia hace dos semanas era que la prima de riesgo argentina había caído un
sesenta y cinco por ciento, y se encontraba en su nivel más bajo en cinco años.
Mientras, la inflación evoluciona también a la baja, y cerró septiembre en una
tasa mensual del 3,3%, que supone el registro más bajo en tres años.
Lo dicho, como un cencerro…
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