Una de las peores cosas que puede hacer un responsable público es mostrar dudas. O sabe una cosa, o la ignora; pero, en este segundo caso, no puede columpiarse y, mucho menos, aventurar.
Como parece ser un hominino poco evolucionado, el Pitecanthropus pucelensis no ha llegado a semejante grado de sofisticación. Es capaz de sostener las cosas más inverosímiles (e impresentables), y está completamente negado para reconocer un error o una simple metedura de pata.
En cambio, es capaz de mostrar una cierta inseguridad, al decir que, tras
el descarrilamiento de un tren sin pasajeros el Sábado19 de Octubre, preveía
que el Lunes 21 pudiera restablecerse el servicio ferroviario habitual de alta velocidad
entre las estaciones de Atocha y Chamartín, pero que no lo sabía con seguridad.
Total, sólo afecta a una purrela de ciudadanos, no a él, que se mueve en coche oficial…
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