Dice un pareado (derechista, supongo) que en tiempo de rojos,/ hambre y piojos. Esto es así aquí y en la China comunista, que diría aquel.
Claro, que si a la ideología fantasiosa del
marxismo le unes el cacao mental del indigenismo hispanoamericano -en esto,
como en tantas otras cosas, los brasileños van por otro lado-, la cosa es ya de
aurora boreal.
Y esto es lo que ha pasado en Chile, donde
llegó al poder un izquierdista apellidado Boric (¿de qué tribu araucana
descenderá? ¿O será un vástago de la misma rama azteca que alumbró a la familia
de la presidente mexicana?): además de proponer una reforma constitucional que
vez tras vez es rechazada en las urnas, ha provocado una crisis institucional con casos de corrupción y una economía renqueante.
En Chile, que no hace tanto era la más floreciente al Sur del canal de Panamá…
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