sábado, 9 de noviembre de 2024

Farsante

Según Carlos Marx, la religión era el opio del pueblo (entre otras muchas afirmaciones). Según Julius Marx (más conocido por su nombre artístico, Groucho), si no nos gustaban sus principios, tenía otros.

Cuando el partido de la mano y el capullo era todavía el del yunque y el tintero, se proclamaba marxista. Y así fue durante casi un siglo, hasta que hace aproximadamente medio, con la llegada a la cúpula de la formación del llamado clan de la tortilla, se declaró el abandono de tal opción ideológica.

Andando el tiempo, de facto, aunque no de iure, los suciolistos han vuelto por donde solía y tienen actitudes que cualquiera llamaría marxistas. El problema es que, ignaros formados bajo leyes educativas pergeñadas por la izquierda, se han equivocado de Marx, y en lugar de seguir al vago vocacional siguen al sarcástico irredento.

Sólo así se explica que la Pelos, furibundamente opuesta a todo lo que sonara a nuclear cuando era ninistra de Combatamos el calentamiento con calentones, se callara su aversión cuando ha sido examinada para un puesto de relumbrón en la Comisión Europea y avalase los minirreactores que no quiere para España.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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