Dice el refrán castellano que quien parte y reparte se lleva la mejor parte. También hay un aforismo jurídico que dice que nadie puede ser juez y parte.
El psicópata de la Moncloa une, a una
ambición sin límites, una ausencia total de escrúpulos y un nulo respeto, no
sólo por el ordenamiento jurídico, sino incluso por el más mínimo decoro. Se bajó
los pantalones con los golpistas catalanes porque España no le importa nada y detentar
el poder todo el tiempo que le sea posible le importa absolutamente todo.
Y así, nombró para el Tribunal constitucional
no sólo a una magistrada abiertamente izquierdista, sino que incluso había desempeñado
cargos políticos bajo el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia
de padecer.
Y esta persona, al ser rechazada su recusación, participará en la deliberación sobre la inconstitucionalidad de la ley de bajada de pantalones.
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