Al contrario que los de la mano y el capullo, los separatistas españoles -lleven capucha, boina o barretina- suelen ser más sinceros en sus intenciones (el pasado es otra cosa, cualquier parecido entre sus delirios y la Historia es pura casualidad).
Sus juicios de valor, sin embargo, hay que
cogerlos con pinzas. Porque cuando los jotaporcatos afirman que
consideran un chantaje vincular las ayudas a la comunidad Valenciana con la aprobación de los presupuestos, ¿lo dicen porque hasta ellos son conscientes de
esta circunstancia?
¿O, por el contrario, es que de algún modo ven peligrar el latrocinio continuado al que la sanguijuela separatista lleva décadas sometiendo al resto de España?
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