El revisionismo histórico es un sinsentido, incluso en casos estentóreos como el de Leopoldo II de Bélgica y el Congo.
Por eso, que una parlamentaria aborigen
australiana interrumpiera los actos de la visita de Carlos III del Reino Unido,
al grito de tú no eres mi rey fue, además de un ejemplo de mala
educación, una muestra de ignorancia jurídica. Porque, le guste o no le guste,
el monarca del Reino Unido es, por ahora, también jefe de Estado de Australia.
Para remate, el tío de la susodicha solicitó ante el Tribunal Penal Internacional el 13 de Octubre que Carlos III fuera acusado y procesado por genocidio.
Si empezamos así, no acabamos hasta Caín y Abel...
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