No sé en otros países, pero en España los políticos llevan una vida la mar de regalada. Los parlamentarios nacionales, por ejemplo, tienen unos periodos de sesiones que ni los niños en edad escolar, amén de que tampoco hay sesiones todos los días laborables (si estoy en un error, que alguien me corrija).
Pero es que, además, no renuncian
a sus vacaciones ni en mitad de una pandemia y una crisis a todos los niveles como
la que está sufriendo España. Es como si, tras chocar con el iceberg, el
timonel del Titanic abandonara el puente pretextando que había terminado
su turno y que tenía necesidad de descansar.
Nada de eso le importa al
psicópata de la Moncloa. Fiel a su decisión de disfrutar de todas las gabelas
del poder mientras pueda, se ha largado de vacaciones mientras España amenaza
con, simultánea y paradójicamente, hundirse y saltar por los aires.
Por ello, y por mucho más…
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