martes, 24 de agosto de 2021

Reflexiones atemporales LXV - ¿Cambiarías el pasado?

Vaya por delante que esta probablemente sea una de las reflexiones más personales que haga. O quizá no, porque tiendo a ser más bien hermético, y una cosa es escribir para desconocidos, y otra para gente que te conoce. Vamos, que conozco a alguno de los lectores habituales de este blog. En fin, veremos lo que sale.

Evidentemente, siempre hay cosas que uno cambiaría. A pequeña escala, si pudiera hablar con mi yo de hace quince años, le diría que no fuera imbécil y que se comprara un cinco puertas, en lugar de un tres puertas; y automático, además. Yendo un poco más atrás, me diría a mí mismo que comprara una casa de cuatro dormitorios, y no de tres -uno nunca tiene suficiente espacio, y menos alguien con algo parecido al síndrome de Diógenes-, con terraza, que porque llegaría el momento en que le (me) apetecería salir a leer al aire libre, pero dentro de tu propio piso y en Madrid.

Yendo a cosas más trascendentales, hay gente conocida, seres queridos, parientes incluso (y próximos), que han muerto de cáncer. Si pudiera volver atrás, ¿les avisaría para que descubrieran la enfermedad en un estadio más temprano, en lugar de cuando era ya irreversible?

En lo académico… no, no voy a decir que cambiaría las respuestas del examen, o que prepararía determinados temas de la oposición. Eso sería hacer trampa, hasta para un viajero del tiempo (aunque sea mental). ¿Estudiaría más duro, con más ahínco? ¿Daría más de mí, esforzándome al máximo?

En lo personal, ¿le diría a esta o a aquella chica que me gustaba, en lugar de callar por miedo al no? ¿Dejaría de decírselo a aquella otra, sabiendo que la cosa no iba a llegar a ninguna parte? ¿No buscaría la amistad con esta persona, o no haría ese otro viaje con aquella, sabiendo que iba a tener ratos desgradables?

La respuesta a todas esas preguntas la leí, o la escuché, hace poco. No, no cambiaría ni una coma de mi vida, porque lo que soy en este momento es el resultado de lo vivido hasta ahora. Si cambiara alguna cosa, aunque fuera pequeña, ya no sería la persona que soy en este momento. Sería otra… que probablemente se estaría, eso sí, preguntando si cambiaría algo de su vida pasada.

Y, con un poco de suerte, llegando a la misma conclusión.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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