No sé si por convicción personal -suponiendo que tenga tal cosa- o como un intento de congraciarse con un público que estimaba mayoritariamente secesionista, la bruja Piruja, primera edil de la ciudad condal, concedió a uno de los golpistas juzgados, condenados, encarcelados e indultados, un tal Jorge Cuixart -creo que mandamucho de Totum revolutum, una de esas organizaciones secesionistas (naturalmente, no se llama así, sino que es un juego de palabras que hago con su verdadera denominación, que no voy a poner aquí)- el leer el pregón de las fiestas de gracia.
Pero el tiro le salió por la
culata, porque los independentistas, con sus abucheos, la hicieron llorar. No deja
de ser curiosa la sensibilidad de esta mujer, que llora por unos abucheos y poco
menos que se descojonó de risa en el homenaje a las víctimas de los atentados
islamistas de la Rambla de hace unos años.
El petardazo, como se verá mañana, fue doble…
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