viernes, 27 de agosto de 2021

Nunca es mucho tiempo...

Los gobiernos en general, y los socialistas españoles más, tienden a hacer dos cosas, cuando van a tomar una medida: en primer lugar, hacer un avance, lo que se llama lanzar un globo sonda, al objeto de explorar las reacciones de la gente; en segundo lugar, cuando dichas reacciones son de oposición a la medida propuesta, negar taxativamente que la misma se vaya a producir.

Tenemos un ejemplo en el impuesto de capitalidad, que el presidente regional valenciano, el socialista Timo Puig, ha pedido para Madrid (no se ha dado cuenta que desde Castellón, Alicante, Elche u Orihuela podrían hacerle la misma reclamación con respecto a la capital del Turia), al objeto de combatir lo que todos los inútiles fiscales (izquierdistas y regionalistas) llaman dumping fiscal, y que no es más que una gestión eficiente de los recursos.

El ninistro Escrivá -el departamento que gestiona oscila, para mí, entre la ignorancia y la indiferencia: ni sé cuál es, ni me importa un comino- dio su visto bueno a la medida, diciendo que tiene mucho recorrido. Un día después, la Demóstenes andaluza que rapiña nuestros recursos se apresuró a decir que el impuesto a Madrid no está en la agenda del gobierno ni lo va a estar nunca.

Hay una tercera derivada, un corolario a los dos puntos que señalé al principio: los suciolistos siempre acaban haciendo lo que anunciaron… o, al menos, intentándolo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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