No una ni dos, sino tres veces voy a comentar el final de esta serie. Una serie mucho menos infantil, mucho más oscura, que aquello en lo que ha devenido la mitología creada por George Lucas.
Para empezar, hay personajes que
mueren. Ninguno de los principales, claro está, aunque sí más de un clon y de
dos. Y aunque les hayan producido en serie, por así decirlo, han sido
capaces de desarrollar su propia personalidad (eso, por no hablar de los de la
Remesa Mala).
Con esta serie, alguien con el talento de Dave Filoni -no quiero decir que sea un genio, pero sí un tío hábil… no hay más que ver lo que ha conseguido con El Mandaloriano- y, al tiempo, el amor que tiene a todo ese universo, ha podido hacer maravillas llenando los tres años que van de El ataque de los clones a La venganza de los sith. Teniendo en cuenta cómo termina la séptima y (parece que definitivamente) última temporada -simultánea al desarrollo del Episodio III-, es poco probable que tenga que volver a comentar su final una cuarta vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario