Cuando saltó la noticia de que Sergio Busquets había dado positivo por la Covid-19, mi primer pensamiento no fue si la selección española de fútbol estaba o no vacunada (no), o desde cuándo sabía el centrocampista del Farça que había estado en contacto con un positivo (desde tres o cuatro días antes).
No, mi primera idea, al ver que
no había ningún positivo más, era que el teatrero centrocampista no había tenido
contacto con ninguno de sus compañeros. Es decir, que no se le acercan. Es decir,
que no le ajuntan, que decíamos cuando yo era pequeño.
Por ello (que venga alguien a demostrarme lo contrario), y por mucho más…
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