martes, 15 de junio de 2021

Reflexiones atemporales LV – Violencia de género, legislación degenerada

Vaya por delante que el asesinato de un niño, nacido o no nacido -para mí, un feto es una persona desde el mismo momento de la concepción-, me parece uno de los crímenes más abominables que puede cometer un ser humano. Si todavía defendiera la pena de muerte, sería uno de los casos en los que la aplicaría sin dudarlo uno solo instante.

Con motivo del hallazgo del cadáver de la mayor de las dos niñas desaparecidas en Canarias -suena duro decirlo, pero nunca esperé que las niñas aparecieran vivas- se han sucedido una serie de mensajes de todo tipo. Los más considerados orbitan en la zona de ese dibujo que ha publicado una artista, en el que la niña aparece como una sirena.

En el otro lado de espectro se encuentran feminazis, giliprogres y demás patulea colorá. Para esa turba de histéricos -aunque, básicamente, son histéricas-, el dibujo antedicho es inconveniente, y los varones somos todos asesinos casi por el mero hecho de serlo.

En este ámbito me he topado con la expresión violencia vicaria. Por lo visto, es la que se ejecuta contra los hijos para hacer daño al otro miembro de la pareja. El ejecutor es siempre, a lo que se ve, el varón heterosexual; porque cuando planteé el caso de que si cabía la posibilidad de que esa violencia fuera ejercida por la madre me pusieron como hoja de perejil, me acusaron de falta de empatía y me amenazaron con banearme del muro de la persona a la que había dirigido la pregunta -una mujer a la que conozco desde hace veinte años, de vida alegre (en el sentido literal, no en el maledicente) y despreocupada por entonces y que ahora parece que sus hijas, además de sorberle la leche, le han sorbido el seso-, persona a la que sus conocidos alabaron su educación y comedimiento. O sea, que todavía tengo que dar gracias, porque si no se hubiera contenido lo mismo me acusa a mí del crimen.

Una de las cosas que afirmaba esta mujer es que por cada mujer que asesina a los hijos, hay diez varones. Sin embargo, en esto -como en casi todo-, los giliprogres están equivocados (siendo benévolos) o mienten como bellacos (siendo algo más realistas). Porque resulta que, de cada diez filicidios, siete son cometidos por mujeres (noventa y cinco de cada cien en el caso de neonaticidios).

Porque la llamada Ley de Violencia de Género (vamos a dejar lo de género y sexo para otra ocasión) es doblemente inconstitucional: se carga la presunción de inocencia y se carga la no discriminación por razón de sexo y de tendencia/orientación/opción/comocoñoquieranllamarla sexual: si eres varón heterosexual, estás jodido (no digamos si, además, eres blanco y católico); si eres mujer… bueno, estarás transtornada (¿como la madre de la niña Asunta, que la drogó y asesinó?); y si eres homosexual (que nadie me diga que en el comportamiento de Miguel Bosé para con sus hijos no había ganas de fastidiar a su ex pareja), entonces el asunto ni se comenta.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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