Los desgobiernos de izquierdas en España, aunque critican desde la oposición lo que llaman puertas giratorias, se dedican a colocar a todos los que pueden en todos los sitios que pueden.
Lo que ocurre es que, si se trata
de colocarlos fuera de España, no hay manera de hacerlo, salvo pagando: porque
el nivel de inutilidad es tal que regalados no los admiten, sino que tenemos
que pagar porque se los queden.
Tomemos el caso de la ex
secretaria de Estado de Turismo. Tras dos años desempeñando su labor, a
mediados del mes de Julio de 2.020 fue cesada. El desgobierno socialcomunista
que tenemos la desgracia de padecer quiso vender el cese como una especie de
ascenso, ya que se incorporaría a la Organización Mundial del Turismo (OMT),
aunque no especificaban qué funciones iba a desempeñar.
La destitución se produjo en
medio del escándalo por el fiasco de los sellos covid del turismo. Se trataba
de unos distintivos que anunció el consejo de ninistros a bombo y
platillo: expedidos por el propio Ejecutivo, servirían para determinar a los
establecimientos como covid free. Nunca fueron tomados en serio ni por
el sector ni por los clientes (oh, maravilla) por sus numerosos fallos (oh,
sorpresa).
Pero la susodicha recibió un
suculento premio a pesar de su fracasada propuesta. El Gobierno suscribió en
diciembre un convenio con la Organización Mundial del Turismo por el cual a la
ex secretaria de Estado se le otorgaría un contrato en calidad de Experto
(el artículo no aclara en qué era experta) por el percibiría la friolera de ciento
veintitrés mil trescientos treinta y cuatro euros al año, en doce pagas, que es
el doble de su sueldo anterior.
Los estratosféricos beneficios de
la experta en fracasos -con cargo al dinero de todos los contribuyentes que,
como ya sabemos, no es de nadie- no acaban aquí. El Ministerio de Industria y
Turismo, además, debe compensar con trece mil seiscientos treinta y seis euros
a la Organización Mundial de Turismo por el nombramiento de Oliver (poco me
parece… como compensación, digo). Otros nueve mil cuatrocientos cincuenta y
nueve euros corresponden al seguro médico de la socialista, y tres mil
quinientos sesenta y nueve euros más corresponden a gastos de representación,
viajes y publicaciones. En total, el nombramiento cuesta ciento cincuenta mil euros al año a las arcas públicas.
Por ello, y por mucho más…
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